lunes, 30 de julio de 2007

Nocturnal

El cielo está cuajado de diamantes,
el campo todavía humedecido
y los ramajes del vergel florido
mueven sus fibras verdes tremulantes.

Como capas repletas de brillantes
mecen las flores su joyel querido
y ondula en el paisaje oscurecido
el llanto de las sílfides flotantes.

Ha llovido hace rato, pero el cielo
descorriendo su blanco terciopelo
se muestra despejado y sonriente,

y en el bello delirio del paisaje
en las cuerdas temblantes del ramaje
canta la noche su canción silente.



G. A. Agéret - 08/12/1918

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