lunes, 30 de julio de 2007

Punto final

En tus miradas de tristezas llenas
creí encontrar la fuente que buscaba
para aplacar la sed que me embargaba
y así dejar la hiel que me envenena.

Creí encontrar en tu sonrisa ajena
lo que en mi fe llamaba “corazón”,
y logré que lanzara ella sin pena
el puñal que matara mi pasión.

Creí verter en tu boca sonrosada
toda una lluvia de fervientes besos,
y en el ansia febril de mis excesos
tu respuesta fue loca carcajada!...

Ya que quieres en mi ilusión matarme
no lograrás que mi pecho te maldiga
pues mi alma jamás será enemiga
de aquellos que ha logrado condenarme.

En ella siempre, en tu recuerdo triste,
existirá la endicha del amor,
y nunca contará que su dolor
se deba al mal que loca conseguiste.

Adiós, mujer, ya que tú has preferido
que ese amor no florezca allá en mi pecho
tú bien sabrás por qué quedó deshecho
tú sabrás por qué voy hacia el olvido.


G. A. Agéret - 27/12/1918

1 comentario:

Anónimo dijo...

Poeta Hidalgo que puedo decir...sino la incandescente verdad que destilan mis poros y tu dulce sabor que envuelven mis nostalgias...soy lo que rescate de tus memorias...
tu sobrina