Son tus versos azucenas y jazmines arrancados
del jardín florido y grande de tus líricos ensueños
y sus pétalos fragantes como nuncios halagüeños
en el ritmo de tus versos van cayendo dehojados.
Tu jardín en que se mezclan con crisantes perfumados
con las grandes margaritas y los lirios más sedeños
las magnolias y las rosas, los claveles más risueños
con las blancas amapolas y jacintos aromados.
Pero surge rodeado de millones de amapolas
un rosal esbelto y grande levantando las corolas,
de sus rosas purpurinas como heraldos de dolor.
Y el jardín de tu lirismo palidece en su ropaje
y cohibido está inclinado por rendir un homenaje
a una rosa purpurina, la sultana de tu amor.
G. A. Agéret - 15/12/1918
lunes, 30 de julio de 2007
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